Monday 17 November, 2008

Capital y cultura - Eduardo Ramírez

¿Cómo afectará la crisis económica a la cultura?

¿La respuesta es ese simplista: al haber menos dinero, muchos proyectos naufragarán, se reducirán los presupuestos gubernamentales y decaerán los patrocinios privados?

La historia nos ha demostrado que la cultura es una herramienta central en las crisis.

Para reactivar la economía, después de la Gran Depresión, Roosevelt echó a andar el programa Federal Art Project, como parte de una estrategia para generar empleos.

A través de encargos de murales y esculturas para espacios públicos se lograron generar cinco mil empleos para artistas y producir más de 225 mil obras de arte norteamericano.

Recordemos también los proyectos sociales en los que se asignó a fotógrafos recorrer el país y registrar la vida rural norteamericana de los cuales Walker Evans es sólo un ejemplo.

No sólo se reactivó la economía al generar empleos para los artistas, sino que se afianzó el nacionalismo norteamericano a través de la simbolización que la cultura provee.

La caída de los precios del petróleo y la crisis financiera de los ochenta trajo, ante el abandono del gobierno de su patrocinio, hizo que la iniciativa privada viera a la cultura como una forma de inversión.

El auge de las colecciones y museos privados, el uso de la cultura para posicionar ciertas ciudades en el circuito financiero global, la conformación del actual circuito internacional del arte, incluso, son resultado de esta crisis.

Los colectivos artísticos y los espacios independientes que surgieron en México en los noventa son reacción a la crisis política del 94 y el error de diciembre.

La función simbólica de la cultura la vuelve un instrumento vital para la cohesión social en épocas de crisis. Y susceptible a ser usada como propaganda ideológica que justifica cualquier exceso con tal de salir de ella, llámese fascismo, socialismo o librescomercios.

Quien no vea que la producción cultural es central en época de crisis, está ciego. Pero peor ceguera será pensar que esto implica una redistribución del capital, sea económico o cultural.



http://www.milenio.com/node/103337

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